PATMOS, una de las islas griegas más sagradas
del Dodecaneso
Patmos es una de las más sagradas islas del mundo cristiano y, además, una de las islas más tradicionales y auténticas del Dodecaneso. Tiene 63 km de costas. Es una de las islas habitadas más pequeñas repleta de colinas rocosas, poca vegetación y dos poblaciones principales, Patmos Jora y Skala. Durante la dominación romana, fue lugar de destierro; y, sobre todo, a que el apóstol San Juan, en el 97 d. C., vivió exiliado en ella durante cierto periodo. Fue en este lugar donde el apóstol escribió los terribles textos del Apocalipsis.
La mayor parte de la vida de la isla transcurre en Skala, el puerto.
Con casas blancas con patios repletos de flores.
El otro pueblo, Patmos Jora, es la ciudad antigua y en ella es como si el tiempo no hubiera pasado. En el centro está el monasterio fortaleza de San Juan Teólogo, fundado por el Beato Jristodulos. De color oscuro construcción de bizantina, rodeada por una muralla almenada.
En su Biblioteca, se conservan 33 páginas del Evangelio más antiguo conocido, el de San Marcos, (el resto está repartido entre los museo del Vaticano y el British Museum), entre los más de 16.000 documentos que contiene. A medio camino entre Skala y Patmos Jora se encuentra la Gruta del Apocalipsis, donde se dice que le fue dictado el Apocalipsis a San Juan a través de una endidura en la roca.
Extracto de mi diario:
Nos dirigimos a la cubierta 3, el desembarque se hace en lanchas, ya que es un puerto muy pequeño y no atracan los barcos, un bonito paseo hasta llegar al puerto.
Nada más bajar hay una pequeña cola de personas y varios taxis ofreciendo la subida al templo y monasterio de San Juan Bautista por unos 4 euros por persona, creo recordar. Como somos tres una chica se acerca a nosotras y nos dice que como viaja sola se une al taxi con nosotras, además habla español bastante bien, de Canadá me parece que dijo que era. El taxista, que también habla español, nos lleva al Templo de San Juan. Está en alto y las vistas de la bahía son maravillosas, hacemos varias fotos y nos dirigimos a la entrada del Templo, todo blanco, bajamos por unas escaleras algo empinadas y al llegar a la capilla además de los turistas, hay varias personas rezando y dos sacerdotes ortodoxos haciendo unos cantos preciosos que tuvimos la oportunidad y experiencia de poder oír.
En el silencio de la capilla tan solo se escuchaban los cantos y rezos. Cojo una vela, la enciendo, la pongo junto con otras velas más que allí habían y hago mi propio rezo o mantra. Permanecemos en la capilla hasta que terminan los cantos, personalmente me gustaron mucho.
A la salida, estaba el taxista esperándonos para llevarnos al monasterio, que se encuentra algo más arriba del templo. Nos deja en unas callejuelas, por las cuales subiremos andando hasta llegar al monasterio. Las callejuelas, llenas de tiendas, vamos subiendo a la vez que mirando los suvenires que vendían, me detengo en una de las tiendas y ojeo un libro, las cubiertas eran de madera, no era muy grueso, y con letras doradas en la portada se leía “ el Apocalipsis” según San Juan, decido que a la bajada del monasterio lo compraré, será un regalo para mi madre. Entramos en el monasterio, un patio interior que da a una capilla y al otro lado del patio unas escaleras que van hacia las campanas. En las campanas hacemos varias fotos, realmente interesante ese lugar y sus vistas, nos encontramos a una familia de argentinos que estaban también haciendo fotos, ¡vaya !dice la mujer me sale oscura la foto, le sugiero que ponga el flash, por el contraluz le digo, le pido al hombre que nos haga una foto a las tres juntas sentadas delante de las campanas, el hombre coge mi cámara y nos hace dos fotos chulísimas, muchas gracias, le decimos. Miramos el reloj ya casi es la hora de volver al taxi y tengo que comprar el libro, vamos bajando.
En el puerto todavía podemos dar un breve paseo antes de coger las lanchas que van al barco.